Rubayat, Omar Jayyam

Omar Ibn Ebrahim Jayyam, matemático, astrónomo, médico, filósofo, poeta,  nació en 1048 en Neishabur (Jorasán, Irán). Hoy reabro sus Rubayat, a las cuales llegué a  raíz de la lectura de Las rubáiyátas de Horacio Martín (Félix Grande). 

Es uno de mis libros favoritos por la contundencia  de sus palabras, por la celebración del Ahora (solo el instante existe), por la profunda reflexión directa y sin adornos, versos austeros que no te dejan indiferente, abonan, nutren, activan el pensamiento. 

Me detengo en la rubaí 116:

"Jayyam, si te entregas al vino, sé alegre.
Si una belleza de cara de luna te acompaña, sé alegre.
Pues concluye la labor del universo en la inexistencia,
como si no existieras, ya que existes, sé alegre
".

La nada como única evidencia, (...) ya que hasta el cuerpo en sí es, de hecho, una serie de esas partículas infinitesimales idénticas a las que componen toda materia (1). Mi cabeza lo conecta con la no tan alejada afirmación de Carl Sagan, "somos polvo de estrellas". Me detengo. Da vértigo tanto vacío lleno o lleno vacío. Da vértigo, mucho vértigo. Esta sensación me acompaña desde muy pequeña, cuando empecé a preguntarme el qué, cómo, cuándo de la vida.

"¿Hasta cuándo pasarás la vida en el egoísmo
o bien preguntando por el ser y el no ser?
Bebe vino, que la vida corre y la muerte va detrás,
y es mejor que transcurra en el sueño o la ebriedad". 
(Rubaí 81)

Ante tanta impotencia por no saber me quedé, como Jayyam, con la alegría y celebración del ya. 

Cierro esta breve entrada con música de Puccini, porque siempre me produjo un despertar de los sentidos fortísimo, el vino que daría paso a la embriaguez. Bebamos. 


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(1) Clara Janés Nadal (2006). Prólogo de Rubayat, p.18. Ed. Alianza Editorial.